En un mundo híper-conectado e interactuando de forma constante las redes sociales pasaron a ser la cara más visible de una empresa. Así en el campo de la responsabilidad social Empresarial (RSE) ya no basta con asumir el compromiso de realizar acciones de mejoramiento social, económico y ambiental de la sociedad. Hay que hacer y saber mostrarlo. El cómo se dice es clave para generar una interacción efectiva con la marca (engagement).
El desafío es saber comunicarlo eficazmente: llegar a todo tipo de usuarios sin límites de tiempo ni lugar y generar un engagement con el consumidor, o potencial cliente. Y con esto, lograr credibilidad.
En el pasado reciente todo estaba apuntado a la publicidad, pero hoy hay un camino más rápido para llegar al usuario y conquistarlo: el uso de la red permite una mayor conexión con las personas e incide positivamente en la credibilidad.
Por eso, además de realizar buenas acciones de RSE es imprescindible tener una página corporativa y diferentes redes sociales en donde compartir los logros. Facebook, twitter, Instagram, y blogs, entre otros, son el gran canal de información y difusión.
Su ventaja es ser una fuente de comunicación fresca y activa, opuesta a los clásicos y serios formatos empresariales de comunicación.
El desafío del RSE en la revolución digital
En este contexto, hay que tener en cuenta que las ventajas del uso de internet y sus aplicaciones son ilimitadas, pero, al mismo tiempo un uso deficiente puede ser un boomerang difícilmente contenible.
Las nuevas tecnologías y el desarrollo de internet y las redes sociales han permitido que los clientes se expresen libremente sobre las empresas y sus experiencias de consumo.
Es por ello que según el análisis de la Universidad de Navarra “la actualización, la honestidad, la transparencia y la humildad” son aspectos fundamentales para que el mensaje de RSE logre su objetivo.



