Pensar sus acciones en función de la sociedad no es una novedad para los empresarios gastronómicos Fernando Ríos, Luis Pondal y Daniel Viñas. Desde hace 15 años que son propietarios de tres locales gastronómicos en la provincia de Tucumán y desde un primer momento los visionaron como un espacio de gestión cultural y de constante aporte a la sociedad.
“Nuestra labor siempre tuvo que ver con acciones socialmente responsables porque nos encaramos como grupo de gestión cultural, esto no es una ocurrencia y tiene un eje que nos rige desde siempre”, remarcó Fernando a Comunidad RSE.
La creación de la Heladera Social surgió ante una realidad evidente: “Esto sucede en todo el país pero en el norte es más acentuado. Cuando vivís en provincias como Tucumán, Chaco, Jujuy, Salta, ves personas que necesitan de la ayuda de otros para vivir y alimentarse. Ver que una persona busca alimento en la basura es terrible”, aseveró. Así fue que colocaron esta heladera, en una puerta de servicio ubicada al lado del ingreso al local “Muña Muña”. En ella disponen todos los excedentes de comidas que por algún motivo sobraron en el local.
En la heladera la comida está dispuesta en bandejas perfectamente empaquetadas, a las que se les coloca la fecha de envasado. “Para este proyecto fue sumamente necesario el acompañamiento de los empleados. Cuando les contamos lo que queríamos hacer muchos de ellos se emocionaron, porque se requiere de un compromiso”, relató Fernando. Los empleados son los responsables de clasificar la comida como sobra, sobrante o excedente y determinar cuáles serán empaquetadas para colocarse en la heladera social.
“Hay un vacío legal en cuanto a la donación de alimentos y no podemos ampararnos en eso. Hay una hipocresía de nosotros como cuerpo social, una mirada cómplice y una desidia de la clase política que no se encargó de dar un marco legal para aquel donante que quiere donar comida y para que otro pueda acceder a ella”, afirmó el empresario gastronómico.
“Es un enorme pretexto este vacío legal para no asumir la responsabilidad de que gastronómicos y no gastronómicos hagamos frente al hambre”.
Tal fue el éxito de la Heladera Social que otros restaurantes tucumanos decidieron llevar también sus bandejas para aportar a la heladera y no tirar la comida que sobra. Además, vecinos de la zona también llevan sus aportes.
Otras acciones
A lo largo de estos 15 años, estos tres empresarios gastronómicos desarrollaron una fuerte visión de la responsabilidad social. Por ejemplo, cuentan con una biblioteca rodante, las cartas de los restaurantes están hechas en braille y además tienen convenios con instituciones del medio para que personas con capacidades diferentes realicen pasantías laborales en sus locales.
Como parte de otras acciones llevan adelante un constante trabajo con la comunidad de ciegos. Tiempo atrás desarrollaron el “domingo solidario”, donde el 10% de la facturación del negocio se donaba a un comedor popular. También se hicieron los “miércoles de dibujo solidario” donde por cada dibujo que la gente hacía en los locales, ellos donaban un peso “que era como 10 pesos de hoy”, aclara Fernando, a la institución que trabaja con niños con autismo.
En su local Muña Muña, por ejemplo, se brinda un descuento en el desayuno o almuerzo de los sábados, a quienes llegan en bicicleta.
Actualmente trabajan en la creación de un Centro Cultural, que se construye con el aporte de la sociedad, de donantes anónimos e independientes “que confían en nosotros porque saben que hace años que trabajamos seriamente para dar un aporte a la sociedad”.
A saber
- La Heladera Social funciona de 9 a 00 hs.
- La dirección es Rivadavia 431, San Miguel de Tucumán.




