Sustentabilidad y el rol del tercer sector

Hay razones válidas para que sean las empresas uno de los mejores equipos para llevar adelante una gestión sustentable que mejore la vida de las personas.

Si bien la sustentabilidad es una mejor forma de hacer lo que hacemos como personas, lo cierto es que los resultados mejoran en tanto actuemos en equipo y entre los mejores equipos posibles para llevar a cabo la sustentabilidad están las empresas.

Hay razones válidas para que sean las empresas uno de los mejores equipos para llevar adelante una gestión sustentable que mejore la vida de las personas a pesar de que sea un tema que, por tener como foco a la comunidad, debería ser liderado por aquellos que la representan.

Si consideramos a la comunidad según la mirada clásica que la divide en tres sectores claramente diferenciados, y considera que la interacción positiva entre los sectores es vital para el desarrollo comunitario, encontraremos que el Estado es el

primero de estos sectores a quien le correspondería mantener el foco y las energías para que la sustentabilidad sea una realidad.

Desde el momento en que el Estado dejó de hacer foco en el «estado de bienestar» de la comunidad queda claro que, en buena medida, deberán ser los restantes sectores los que tomen la iniciativa e inviertan sus energías para que la sustentabilidad se imponga como concepto que lleve a la acción.

Si no perdemos de vista que el Tercer Sector, conformado por ONGs -Organizaciones No Gubernamentales- OSCs -Organizaciones de la Sociedad Civil- y otras tantas variantes, encuentra su razón de ser principal en suplantar al Estado en todo lo que no es capaz -o no tienen intenciones- de resolver podremos tener una razón validante para tomarlo como el sector oportuno para llevar adelante todo lo necesario para que la sustentabilidad sea un hecho concreto.

Hay una característica, del Tercer Sector, que lo ha llevado a enfocar sus energías en la ayuda haciendo que de esa forma se haya convertido en su forma de operar casi exclusiva por lo que tiene por delante un enorme desafío para equiparar con estrategia de largo plazo a las metas actuales que tienen a la emoción como principal motor.

La vocación de sacrificio que identifica al Tercer Sector le juega en contra para migrar hacia un planteo más estratégico que le permita impulsar el futuro sustentable; antes deberá ser capaz de ceder su protagonismo y trasladarlo a quien recibe su ayuda.

Si logra saltar el cerco del asistencialismo que lo mantiene cautivo dispone de todo lo necesario para liderar la sustentabilidad del futuro, pero se trata de un desafío que deberá ser superado.

Conveniencia como motor.

El Segundo Sector, el que integra a las empresas de todo tipo y sector, es quizás el que más chances tiene de funcionar como impulsor del cambio hacia la sostenibilidad por una razón concreta: perseguir el beneficio como razón de ser central genera un flujo creciente de energía brindado por la conveniencia.

Las empresas siempre van a hacer lo que les conviene para lograr beneficios porque está en su ADN. ADN que no pierde de vista el hecho de que la empresa forma parte de la comunidad y no tiene chances de hacer nada que vaya en su contra -no hay empresa sin comunidad como no hay comunidad sin empresa-.

A medida que las empresas confirman que sus beneficios se incrementan aplicando la sustentabilidad al tiempo de beneficiarse con sus resultados como miembros de la comunidad, en tanto y en cuanto se pone en evidencia que la fortaleza que alcanzan en el terreno de la sustentabilidad se transmite al terreno competitivo y que se gana dinero aplicando la sustentabilidad en forma directa como resultado de la innovación aplicada y en forma indirecta como consecuencia de los ahorros que se obtienen, el Tercer Sector va a tener un estímulo insuperable para liderar el progreso sustentable.

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