Un nuevo presidente ejecutivo para Volkswagen en plena crisis

Matthias Muller, de 62 años, actual presidente de la marca de lujo Porsche, sucederá a Martin Winterkorn. Muller, muy apreciado en el grupo, dirige esta filial desde 2010.

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Foto http://www.thetruthaboutcars.com/

El coloso alemán del automóvil Volkswagen, sumido en profunda crisis por el escándalo de los motores diésel trucados, designó hoy un nuevo presidente ejecutivo para guiar al grupo en plena tempestad, tras la dimisión de su predecesor, Martin Winterkorn.

Aún traumatizados por el eco mundial del caso, los 20 miembros del Consejo de Vigilancia del constructor de Wolfsburgo (norte) se reúnen este viernes para poner oficialmente fin al cargo de Winterkorn.

Éste, llamado hasta hace poco «Mr Calidad» por la prensa alemana, anunció su dimisión el miércoles, asumió la total responsabilidad por el escándalo aunque afirmó que ignoraba lo ocurrido.

Matthias Muller, de 62 años, actual presidente de la marca de lujo Porsche, lo sucederá, según varios medios alemanes. Muller, muy apreciado en el grupo, dirige esta filial desde 2010.

Ante esta perspectiva, la acción de Volkswagen -que perdió un 30% esta semana- ganaba este viernes por la mañana cerca de 1,2% a 113,50 euros, en la bolsa de Fráncfort.

La purga no se va a limitar a la cumbre de la pirámide, y otras cabezas caerán también, confirmó el jueves Olaf Lies, miembro del consejo de vigilancia de VW.

El constructor alemán espera así iniciar una nueva era tras haber confesado esta semana que colocó en 11 millones de vehículos en todo el mundo un dispositivo para burlar los controles anticontaminación y hacerlos pasar, ante los consumidores y las autoridades, por vehículos más «verdes» de los que eran en realidad,

Esta confesión tuvo un efecto devastador en Alemania y en todo el mundo para la imagen de integridad que tenía Volkswagen en los últimos años.

El nuevo presidente y su directorio tendrán que gestionar las consecuencias comerciales y judiciales del caso, que aún son difícilmente valorables. Volkswagen ya ha puesto de lado 6.500 millones de euros de sus cuentas para hacer frente a todo ello, pero solamente en Estados Unidos el grupo podría ser sancionado con una multa de 18.000 millones de dólares (EUR 16.000 millones).

Demanda colectiva en EEUU

En Estados Unidos, donde estalló el escándalo la semana pasada, el constructor se enfrenta además a numerosas querellas colectivas. Y ya se han abierto varias investigaciones en diferentes países, entre ellos Alemania.

Sin embargo, el escándalo no afecta a los vehículos VW fabricados en China, donde el grupo tiene dos coempresas, anunció este viernes el constructor.

«Shanghai VW declara solemnemente que, a tenor de las ventas y de la producción de Shanghai VW, este caso no afecta a ninguno de los productos fabricados y vendidos por Shanghai VW» afirmó el grupo en su microblog. Shanghai VW es la coempresa de Volkswagen con el chino SAIC, el más importante del país.

Otro de los desafíos del nuevo presidente es precisamente el muy importante mercado chino, donde las ventas de VW han caído 5,8% desde principios de años. Sus ambiciones en Estados Unidos tampoco se han realizado, y el grupo alemán registra además un retraso en los vehículos eléctricos.

Antes del escándalo, el año 2015 de presentaba bajo los mejores auspicios para Volkswagen, un mastodonte de 12 marcas, que recientemente destronó al japonés Toyota como líder mundial de ventas.

Además de hacer frente a la crisis, el nuevo presidente tendrá que reformar la estrategia de un enorme grupo -10 millones de autos vendidos en 2014, 202.000 millones de euros de facturación, 590.000 empleados- dirigido hasta ahora de forma muy centralizada.

Tanto bajo Winterkorn como de su mentor Ferdinand Piëch, el grupo funcionaba bajo la divisa: «uno decide, los demás siguen», recuerda el diario alemán Handelsblatt. El grupo ya preveía antes del escándalo una gran reorganización para descentralizar sus decisiones. Ese proyecto será ahora llevado a cabo por una nueva dirección.