En el marco del Día Mundial del Agua, se desarrollará en Salta una charla magistral con la presencia de importantes disertantes de nivel internacional.
Walter Pengue es ingeniero agrónomo y llegó para exponer acerca de los intangibles ambientales, huella hídrica y el agua virtual. Antes, dialogó en exclusiva con Comunidad RSE acerca de la problemática con el agua dulce y las preocupaciones a las que debemos enfrentarnos como parte de una sociedad global:
¿Sobre la huella hídrica, cuál es su visión de la situación actual?
Estoy trabajando en la Universidad Nacional de General Sarmiento, en un panel de Naciones Unidas que trabaja sobre indicadores biofísicos. Ya más de una década que venimos evaluando en el panel de los recursos algunos conceptos que hemos vinculado con algo que llamamos los “intangibles”. Es un esfuerzo que viene haciéndose en la comunidad científica internacional hace unos 15 años donde se trabaja en una disciplina que se llama la economía ecológica: esta reemplaza los indicadores monetarios por indicadores físicos, es decir, materiales, energía y agua.
En ese marco se ve el tema de las huellas ecológicas. En el caso puntual de huella hídrica de lo que estamos hablando es de cuánta agua sería necesaria para la producción de un determinado bien y cuánta agua se utiliza a lo largo del ciclo de vida de ese bien hasta su destino final. En ese sentido esto es importante para las sociedades, las empresas, la comunidad en general y para el propio ambiente, porque comprender los flujos de agua que están yendo de una parte a otra del planeta, permite comprender muchos de los procesos de lo que llamamos el Antropoceno, esta época donde el hombre tiene la capacidad innata de transformar brutalmente la faz de la misma.
La huella hídrica es la cantidad de agua necesaria para la producción de un determinado bien. Se separa en huella hídrica azul, verde y gris y generalmente nos permite así identificar potencialidades y hasta destinos de uso de esas huellas en el propio contexto donde utilizamos el agua.
La huella hídrica verde está en el suelo, hasta un metro aproximadamente y nos permite hacer agricultura de secano. La azul es el agua que extraemos de los acuíferos o proviene de los glaciares y esa agua vinculada con el riego es muy relevante en algunos lugares.
Cuando esto lo llevamos a las transacciones internacionales, por ejemplo, en una tonelada de soja que se lleva a China, ya no hablamos de huella hídrica, sino de agua virtual y esto ayuda a los decisores de políticas públicas a pensar qué está pasando con esa agua.
Hoy en día uno de los indicadores importantes que está marcando que el planeta está explotando es lo que está pasando con el agua dulce. Si bien hoy esta cuestión no es vista ni valorada por la sociedad global, la alerta científica ya está puesta.
¿Las empresas, los productores y las grandes cadenas de producción tienen ya incorporada la medición de su huella hídrica?
A nivel internacional generamos dos documentos que tuvieron colaboración no solo de científicos, sino de empresas, principalmente las llamadas empresas húmedas, cuyo principal recurso para su funcionamiento es el agua -por ejemplo, las empresas de gaseosas o de cervezas-. Tuvimos reuniones con científicos y ejecutivos de compañías importantes preocupados por ver qué estaba pasando. La discusión sobre el mejor uso del agua debería estar mucho más en manos de los Estados, que dirimen conflictividades que seguramente van a emerger entre unos y otros.
En Argentina también hay empresas que sí lo están haciendo o grupos importantes de empresas que sí están incursionando en comprender este tema de la huella hídrica. Es una discusión reciente, los intangibles en la agricultura son mucho más recientes, pero hay alertas globales que muestran que esta no es una discusión ambientalista sino una preocupación científica internacional.
¿Cuáles son los desafíos a los que nos enfrentamos en el cuidado del agua?
Estamos generando a nivel mundial ciudades que son ‘energívoras’ y ciudades que están sedientas de agua. En ambos casos la eficiencia en el uso de recursos es relativamente muy baja y además existe una cuestión que no se puede dejar de soslayo que tiene que ver con el estilo de consumismo que está teniendo la sociedad global. La gente no percibe o no ve el valor que tienen los recursos que están utilizando, realmente hay mucho por aprender en todos, incluso en todos los profesionales.
¿Qué puede hacer la persona común? Tomar conciencia
¿Qué puede hacer el Estado? Educar en amplitud en el uso de los recursos
¿Qué pueden hacer las empresas? Limitarse fuertemente y hacerse más eficientes en el uso de recursos básicos como el agua, la tierra, los nutrientes. Pero lo que tiene que haber es un cambio de paradigma en la cabeza de la gente, si no se cambia de paradigma será insostenible.
Los argentinos tenemos que tener muy en cuenta que tenemos un país vaciado de gente. Tenemos que pensar también en cómo ocupar el país de vuelta, hacer caseríos, pueblos, poblados. Tenemos un país muy rico en recursos naturales con muy poca gente que sabe usarlos correctamente. Hoy en día en el mundo eso, es un postre muy atractivo.
Más información sobre las charlas magistrales “Tomando Buenas Decisiones”, que se harán en el marco del Día Mundial del Agua: http://www.copaipa.org.ar/charlas-magistrales-por-el-dia-mundial-del-agua/




