Desde que se anunció a Rusia como organizadora del Mundial de fútbol a realizarse entre el 14 de junio y 15 de julio próximos, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (Fifa) y las autoridades locales prepararon una serie de iniciativas sostenibles para reducir el impacto ambiental de la cita deportiva y marcar una clara diferencia respecto a otras ediciones.
Es por eso que este certamen será el primero utilizar la “Estrategia de Sustentabilidad de la Copa Mundial de la Fifa”, que tiene como principal meta reducir al mínimo el impacto negativo y maximizar los efectos positivos en la economía, población y el medioambiente.
Como primer objetivo, se plateó que los 12 estadios integraran sustentabilidad y construcción ecológica en su diseño y materiales y, al mismo tiempo, cumplieran con las normativas internacionales verde o BREEAM y el sello LEED, que se otorga sólo a los edificios calificados como sostenibles.
Eficiencia energética, uso de materiales y nuevas tecnologías de construcción se tomaron como prioridades en el renovado Estadio Olímpico Luzhnikí. La sede del partido inaugural se destaca por su sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado central automatizado. Además, utiliza sólo luces led y posee una completa estructura que le permite ahorrar agua. En este anfiteatro deportivo también se plantaron unos 1.050 árboles nuevos y se destinaron 15.700 metros cuadrados para jardines.
Según datos de la organización, con la aplicación de esta norma medioambiental se logró reducir en un 70 por ciento la energía necesaria para la operación de los estadios de la cita mundialista.
Por su parte, el Otkrytie Arena (o estadio Spartak) es otro de los que recibió la certificación BREEAM. Rodeado por un amplio espacio verde, cuenta con un completo sistema automatizado que regula su consumo energético.
Otro que recibió la certificación BREEAM, por su ingeniería sustentable y cuidado por la eficiencia energética, es el Kazán Arena.
El balón
Otra de las novedades de Rusia 2018 es la Telstar 18 (evoca la utilizada en México 1970), pelota que ya se utiliza en certámenes locales e internacionales de todo el mundo. Esta se construyó con ocho paneles pegados al calor y, además, es ocho gramos más liviana que la utilizada en Brasil 2014 (445 gramos).
Pero la novedad no es sólo esa: el balón cuenta con materiales amigables con el medioambiente, mientras que su envoltorio está hecho con elementos reciclados. Cuenta con un chip NFC que le permite despachar información en tiempo real.
En Rusia 2018 participarán 32 selecciones y se esperan más de 3 mil millones de telespectadores.