Quieren poner en agenda de legisladores la Responsabilidad Familiar Corporativa

Apunta a que las empresas incorporen acciones para mejorar la relación trabajo - familia de sus empleados. El vínculo con el proyecto de equidad salarial y cómo medirla en cada empresa.

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Primero fue la Responsabilidad Social Empresaria, luego la Responsabilidad Corporativa Sustentable. Ahora, en los círculos empresarios comenzó a tomar fuerza otro campo para orientar el compromiso de las firmas con su entorno cercano: la Responsabilidad Familiar Corporativa (RFC). Esta área pone foco en el compromiso de las empresas para tratar de conciliar trabajo y familia, puertas adentro de cada entidad, al poner especial énfasis en mejorar las condiciones de sus empleados y colaboradores.

“La Responsabilidad Social hacía referencia al compromiso de la empresa con distintos grupos fuera de ella -en la cadena de valor, el medio ambiente, la comunidad- pero la realidad es que todo tiene que empezar puertas adentro, tomando al colaborador y su grupo familiar como un stakeholder”, explica Patricia Debeljuh, directora del Centro Confye, de la IAE Business School, de la Universidad Austral. “Todo lo positivo que puede hacer una empresa hacia afuera se sostiene si tenés previamente esto asumido hacia adentro, con las personas que constituyen el capital humano de la empresa”, afirma Debeljuh, quien junto a María Elena Ordóñez -también de la IAE Business School- estuvieron en Córdoba capacitando a ejecutivos locales. Además, se reunieron con legisladores y asesores para difundir protocolos relacionados con la RFC.

Acciones. En un contexto complicado para el empleo, con reforma laboral en ciernes y donde las empresas buscan reducir costos, pensar en ejecutar programas como estos puede sonar alejado de la realidad de las pymes. Las investigadoras promotoras de estas acciones afirman que buena parte del trabajo por hacer es desmontar esas ideas. Precisan que es necesario entender que aplicar la RFC no genera costos extras, puede ser encarado por las pymes y genera retornos concretos. “Hay muchas iniciativas que pueden encararse, con bajo costo y alto impacto. Por ejemplo, comprometerse en eliminar las reuniones los días viernes, lo que impacta positivamente en la familia del empleado. También emplear un metro cuadrado de las oficinas para que se instalen lactarios para las empleadas en período de lactancia. Otras posibilidades son destinar los mejores estacionamientos para embarazadas, contemplar licencias especiales para los padres o permitir el trabajo desde la casa cuando hay menores”, detalla Debeljuh. Según Ordóñez, los programas de RFC empezaron con las grandes empresas y se adaptaron protocolos para las pymes argentinas. “El modelo surgió en España, pero el nivel de desarrollo en el país es importante. En Córdoba hay empresas que ya trabajan con este protocolo como Promedon, Gráfica Latina, Tecnocampo o las filiales cordobesas de empresas nacionales como Sancor Seguros, Prudential, Osde y Walmart”, cuenta.

Por José Busaniche