Responsabilidad social y ambiental: el nuevo «chip» generacional

La responsabilidad social y ambiental y el consumo responsable son parte de las culturas actuales.

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La responsabilidad y la innovación social y ambiental  han tenido un fuerte auge en las últimas décadas entre las distintas profesiones y actividades empresariales percibiéndose. como una nueva forma de hacer negocios, más éticos y preocupados por el equilibrio entre la generación de valor social y la generación de riqueza. Las generaciones actuales de estudiantes, por su parte, tienen diferencias importantes con sus antecesores, los baby boomers y la generación X. Su preocupación por el impacto ambiental que tienen las actividades de su vida cotidiana es un rasgo distintivo de esta generación que empieza a dejar de consumir productos verdes o amigables al ambiente; esto es observable en los movimientos contra el uso de materiales desechables y bolsas de plástico por citar solo dos casos; también vemos cada vez más, en el consumidor urbano joven, una rutina recurrente de consulta de etiquetas de productos, para evaluar, aunque sea de una manera general, sus decisiones de compra. En ambos casos, tanto profesionistas como estudiantes empiezan a configurar una nueva forma de consumo.

Con el uso de la tecnología para fines de innovación social, la forma de consumir como la conocíamos también está cambiando, Jeremy Rifkin define a una nueva generación de productores que a la vez son consumidores de sus propios productos como “Prosumidores”, esto es, personas que producirán los bienes y servicios que ellos mismos consumirán, como, por ejemplo, huertos de auto consumo, energía eléctrica de auto consumo, impresoras 3D, entre otros.

Estamos a fin de cuentas en la antesala de un cambio en nuestra forma de consumir, hoy en día algunas universidades y centros de investigación como la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México debaten y reflexionan sobre una nueva cultura del consumo, un consumo más responsable y a la vez más justo que se contrapone a la idea de una Economía Lineal de producción en donde se produce para usar y desechar provocando una desmesurada explotación de los recursos naturales, un exceso de desperdicios imposibles de reutilizar y niveles de residuos que son más altos. La apuesta de estas nuevas generaciones de empresarios y ciudadanos es hacia la Economía Circular, una propuesta consiste en mantener productos, componentes y materiales en su mayor nivel de utilidad y valor el mayor tiempo posible, eliminando el concepto de desperdicio por medio de materiales que cumplen múltiples ciclos de vida. Se trata, no de una moda, sino de un cambio de “chip” en la estructura mental.

En palabras de Julian Kirchherr significa un nuevo sistema económico que se basa en modelos de negocio que remplazan el concepto de “fin de ciclo de vida”, con el de las “4R´s”: reducir, reusar, reciclar, y recobrar materiales en los procesos de producción, distribución y consumo; con el objetivo de alcanzar un desarrollo sustentable, que implica crear y mejorar la calidad medioambiental, prosperidad económica y equidad social, para el beneficio de la actual y las futuras generaciones.

La responsabilidad y la innovación social son una nueva forma de re-pensar una relación más equilibrada con el ambiente, con la sociedad y con la generación de riqueza.